Erupción Hawaiana

En una erupción hawaiana, el fluido de lava basáltica es lanzada al aire desde un respiradero o línea de respiraderos (una fisura) en la cumbre o en el flanco de un volcán. Los chorros pueden durar horas o incluso días, un fenómeno conocido como fuentes de fuego. Las salpicaduras de los trozos de lava caliente se pueden derretir juntos y formar flujos de lava, o construir colinas llamadas conos de salpicadura. Los flujos de lava también pueden provenir de los respiraderos al mismo tiempo que se produce la explosión o durante períodos en la explosión se ha detenido. Debido a que estos flujos son muy fluidos, pueden llegar a kilómetros de distancia desde su origen antes de que se enfríen y se endurezcan.

Las erupciones hawaianas reciben sus nombres del volcán Kilauea en la isla grande de Hawaii, que es famoso por la producción de fuentes espectaculares. Dos excelentes ejemplos de estas son de los años 1969 a 1974 la erupción en el flanco del volcán Mauna Ulu, y en 1959 la erupción del cráter Kilauea Iki en la cumbre del Kilauea. En ambas erupciones, las fuentes de lava alcanzaron alturas de más de 300 metros.